miércoles, 21 de julio de 2010

Cuanto tenemos que aprender de la guardia civil

Un individuo va conduciendo y se salta una señal de “stop” descaradamente, pero es observado por un guardia civil que le da el alto.

- Buenas tardes, caballero. Haga el favor de mostrarme su permiso de conducir.

- ¿Y eso, de qué?

- ¿Cómo que de qué? Usted no se ha parado a la altura del “stop”.

- ¿Y qué, passsa algo? Reduje la velocidad y, además, no venía nadie.

- La normas de circulación obligan a pararse, no a reducir la velocidad. Su documentación, por favor.

- ¡No me jodas! A ver, ¿cuál es la diferencia, so listo?

- La diferencia es que debía haberse detenido completamente en vez de aminorar la marcha. Los papeles, pero ¡YA!

- ¡Y dale con la brasa! está bien, le mostraré mis papeles, pero si usted es capaz de mostrarme la importancia que hay entre reducir y parar, le invito a un trago.

-Muy bien, le haré un demostración. Haga el favor de bajarse del vehículo.

El individuo, intrigado, sale del vehículo al tiempo que el guardia civil saca la porra y comienza a darle una tanda de golpes que le dejan doblado. Entonces, el guardia civil le pregunta:

-Ahora, ¿desea usted que me pare o que reduzca la velocidad?

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